Aledo, un rincón medieval en plena Sierra Espuña

Descubrimos Aledo, un pueblo de la Sierra Espuña dotado con un portentoso conjunto medieval y en el que se sitúa el Estrecho de la Agualeja, un paraje natural que hay que visitar

En nuestro paseo por la región de Murcia llegamos hasta una localidad enclavada al pie de la vertiente meridional de Sierra Espuña, en la comarca del Bajo Guadalentín. Su núcleo urbano se levanta sobre un macizo escarpado delimitado por barrancos. Hoy queremos invitarte a visitar Aledo.

Esta pequeña localidad murciana de poco más de un millar de habitantes tiene a la agricultura como principal motor económico, siendo los cultivos de uva de mesa en parral y del clavel los más importantes. A todo ello hay que sumarle el fenómeno de la alfarería clásica de la zona, siendo todo un referente. Unos motivos que nos impulsan a visitar Aledo.

El valor de la naturaleza

Nos encanta descubrir la región de Murcia y los mágicos pueblos que la componen. Pasear por Aledo es hacerlo por sus calles empedradas, cargadas de esencia medieval y dotada de una exquisita flora y fauna que invitan a realizar rutas de senderismo por la zona. El componente principal de su formación boscosa es el pino carrasco, mientras las especies de mamíferos más populares son el jabalí y el zorro.

Y es que a la ya citada Sierra Espuña hay que sumarle el fascinante Estrecho de la Agualeja o la Arboleja. Al visitar Aledo este punto es de los más desconocidos y naturales de la Región de Murcia. Se encuentra en el cauce de la Rambla de Lébor, que origina zonas geológicas estrechas de apenas metro y medio en su parte más angosta. La altura del cañón es de 10 metros, por lo que la entrada de rayos de sol es escasa, generando una humedad idónea para la formación de musgo y plantas sombrías.

El agua se filtra por las paredes del Estrecho de la Agualeja, originado por la fuera de erosión sobre las rocas a lo largo de millones de años. Una atmósfera mágica en la que te tienes que sumergir al visitar Aledo. Una vez finalizada la visita podremos disfrutar de un picnic o realizar una barbacoa en el área recreativa habilitada para ello.

Sus monumentos

Destacamos varios enclaves turísticos cargados de historia que no puedes dejar de contemplar en tu visita a Aledo:

Iglesia de Santa María la Real: Es la primitiva mezquita, fundada por los Maestres de la Orden de Santiago después de la conquista y consagrada a Nuestra Señora de la Asunción en 1741. En 1761 se inicio la construcción de una nueva iglesia que finalizó en 1804 gracias a la aportación del Rey de Etruria, don Carlos Luis de Borbón.

Es un templo de estilo barroco, con fachada herreriana en piedra y flanqueada por dos torres gemelas. En su interior encontramos la capilla del Bautismo, ubicada a los pies de la iglesia, que goza de una acústica inmejorable.

Cuando visites Aledo no dejes de postrarte ante la imagen titular, una Virgen sedente con el Niño sobre la rodilla fechada en el siglo XVI. Otra escultura destacada es la Virgen de la Aurora, realizada por Francisco Salzillo en 1775.

Castillo de Aledo: Construido por los musulmanes en la Alta Edad Media para favorecer la seguridad de la zona. La construcción incluía en sus orígenes un sistema propio de abastecimiento de agua. Este conjunto está declarado Bien de Interés Cultural.

Al visitar Aledo veremos que el área fortificada tiene unas dos hectáreas, presentando un diseño urbano de tipo musulmán: al sur la alcazaba, la plaza y la zona residencial. La muralla tenía 800 metros, con diferentes tipos de arquitectura. A finales del siglo XV la fortaleza contaba con ocho torres.

Torre del Homenaje o de la Calahorra: Enclavada en el castillo. Fue reconstruida bajo auspicios de la Orden de Santiago, siendo el componente más visitado la fortaleza y declarada Monumento Nacional en 1931. La Torre del Homenaje de la fortaleza de Aledo comenzó su andadura en un momento indeterminado entre finales del siglo XIII y la primera mitad del siglo XIV. En cuanto a su fisonomía hay que destacar que es de planta cuadrada, dividida en tres alturas y levantada sobre un terreno rocoso.

La Picota: Junto a la Torre encontramos una estructura cilíndrica en la que se calvaban las cabezas de las personas que se ajusticiaban como símbolo de opresión feudal. En la Edad Media se torturaban allí a los reos y luego se les exponía a la vergüenza pública para que les lanzasen piedras e insultos. Se construyó a finales del siglo XV. Aún se conservan grilletes y se pueden ver cómo sobresalen los picos de ladrillo donde se ataban a los presos.

Sus fiestas

¿Qué sería de un pueblo sin sus tradiciones? Al visitar Aledo te recomendamos hacerlo en Navidad, pues el 6 de enero se celebra el Auto de los Reyes Magos. Protagonizado por varias cuadrillas de hijos del pueblo, vemos como la Cuadrilla de Ánimas interpreta marchas de Pascua y cantos. Al término, el Rey Herodes desde el balcón de su corte lee unos versos que repasa lo acontecido todo el año. Por la tarde pueden todos los vecinos degustar una gran paella y su disfrutar del tradicional baile de pujas.

Además de las Fiestas de San Marcos y de las Fiestas Patronales en honor a Santa María la Real y San Agustín (28 de agosto), destacamos la Agonía del Viernes Santo. Un acto sacro de su Semana Santa donde voces del pueblo representan las últimas palabras de Jesús en el Calvario.

Otras cita ineludible es La Noche en Vela. Un evento cultural celebrado en el caso antiguo de Aledo en verano donde el pueblo sólo se ilumina con miles de velas y antorchas, recuperando su sello medieval. Además los vecinos adornan sus ventanas y balcones y hay música en directo.

También reseñar el Festival Internacional Early Music Aledo, que reúne durante unas semanas en los meses de verano a músicos provenientes de dentro y fuera de España en torno a la Música Antigua y al patrimonio de la villa.

Su gastronomía

Antes de visitar Aledo debes saber que su gastronomía es exquisita. Destacan la gachamiga (una especie de gacha, elaborada con una masa de harina, agua, ajo, aceite de oliva y sal) y el jallullo (elaborado a base de embutidos y carne de cerdo). También es muy conocida la mantellina, una bebida dulce que se sirve fría. 

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